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Malus domestica. Frutos, hojas y flores |
“An apple at day keep the doctor away”. Refrán popular de Inglaterra.
“Eventually, the use of phlorizin may provide the molecular basis for the clinical observation that ‘an apple a day keeps the doctor away”. Joel R. L. Ehrenkranz et al.. En “Phlorizin: a review”. Diabetes Metab Res Rev 2005; 21:31-38.
“Eat an apple on going to bed, and you’ll keep the doctor from earning his bread.”. Refrán popular de Inglaterra.
“No hay otro fruto tan conocido en Inglaterra como la manzana… Estoy convencido de que los ingleses no podemos vivir sin ella, ya sea transformada en la excelente bebida que conocemos como sidra, como en los innumerables platos exquisitos que se cocinan con ella”. Richard Bradley, (Profesor de Botánica, Cambridge 1724-1733).
Figura 1. Taxonomía de del genus malus |
Figura 2. Valor nutricional de la manzana |
- Malus sylvestris
- Malus orientalis
- Malus sieversii
Figura 3 |
A finales del Siglo XVIII, la Ilustración trajo los conocimientos que llevaron al desarrollo de las ciencias experimentales. Las investigaciones en Botánica y Química Orgánica confluyeron para sentar las bases de la terapéutica farmacológica actual. Uno de los grandes retos para los químicos de aquella “edad del pensamiento”, era descubrir y aislar los alcaloides y principios activos de las plantas medicinales. El siguiente paso consistía, una vez aislados, en modificarlos para mejorar sus propiedades y sus efectos terapéuticos.
En 1835, esa búsqueda incansable de nuevos remedios a partir de las plantas, llevó a un grupo de químicos alemanes, belgas y franceses a aislar una sustancia, a partir de la corteza, raíces y brotes verdes del manzano. El hecho de encontrarse mucho mas abundantemente en la corteza de la raíz de la planta llevó a su denominación: phlorizin o phloridzine (florizina en castellano), y también phlorrhizin, phlorhizin, o phlorizoside (en griego: φλοιός= corteza; ρίζα= raíz). Hoy sabemos que la florizina (Sinónimos: 1-[2-(β-D-Glucopyranosyloxy)-4,6-dihydroxyphenyl]-3-(4-hydroxyphenyl)-1-propanone, Phloretin 2′-β-D-glucopyranoside, Phloretin 2′-β-D-glucoside, Phlorizin dihydrate) es un glucosido de la floretina (3-(4-Hydroxyphenyl)-1-(2,4,6-trihydroxyphenyl) propan-1-ona). Más adelante, a la luz de los conocimientos actuales, nos ocupamos de los aspectos moleculares y botánicos de esta sustancia. Ahora vamos a seguir con la interesante historia de su descubrimiento e importancia en la Medicina y la Farmacología.
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Figura 5. Jean Servais Stas (1813-1891) |
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Figura 4. Laurent-Guillaume De Koninck (1809-1887) |
Todo apunta a que la florizina fue descubierta por Laurent-Guillaume De Koninck (1809-1887) (Figura 4), junto a Jean Servais Stas (1813-1891) (Figura 5). Y la historia parece que fue como sigue:
Jean Servais Stas recibió el título de Doctor en 1835 y se convirtió en asistente de su antiguo profesor de química, Jean-Baptiste Van Mons (1765-1842). El otro asistente de este en la Universidad de Lovaina era De Koninck. Van Mons era un experto en Pomología (rama de la botánica especializada en el estudio, la descripción, identificación y clasificación de las frutas, mas frecuentemente denominada como Fruticultura). Muy reconocido por sus experimentos con árboles frutales, Van Mons tenía un vivero de manzanas y, cuando este vivero necesitó ser desplantado, De Koninck recibió una gran cantidad de raíces frescas de manzano. La colaboración de J. S. Stas y De Koninck dio como resultado el aislamiento, a partir de la corteza de estas raíces, de un glucósido cristalino que denominaron floridzina, que luego se llamaría florizina (4).
Figura 6. Portada de volumen de 1935 de Annalen der Pharmacie. Editado en Heidelberg, donde se publicó el artículo de Laurent-Guillaume De Koninck sobre la florizina |
En 1935, en Annalen der Pharmacie, De Koninck publica por primera vez sus hallazgos sobre la florizina (5) (Figuras 6 y 7). Algo después, en los Annales de Chimie et de Physique (Tome LXI, 1836), cuyos editores son Louis Joseph Gay-Lussac y François Jean Dominique Arago, Laurent-Guillaume De Koninck publica su Memoire sur la Phloridzine (Figura 8) (6). En este extenso artículo comienza señalando que extrae la florizina de la cáscara de raíces de rosáceas: peral, ciruelo, cerezo y especialmente manzano. Al extraerla observa que aparece combinada con una sustancia colorante roja, que se haya en proporción inversa a la cantidad de florizina contenida en el extracto. En este sentido, el investigador indica que la menor proporción de la sustancia roja “contaminante” se haya en el manzano (la “sustancia roja” está principalmente compuesta de taninos). Sigue refiriendo De Koninck que, además de en la corteza de las raíces, la florizina se encuentra en la corteza del tronco y de las ramas, especialmente en los brotes jóvenes e incluso en las hojas. Y también observa que la concentración de la sustancia disminuye a medida que la corteza se deshidrata y se seca. La frorizina es descrita como una sustancia cristalina de color blanco mate, que puede llegar a ser amarillento. La cristalización adopta, según De Konick, una disposición en forma de “mechones de seda”. El autor describe las propiedades organolépticas de esta sustancia, como su sabor astringente y amargo, similar al que tienen los brotes o ramas jóvenes, cuando se degustan en fresco. Concretamente dice que la sustancia extraída tiene un sabor “inicialmente algo dulzón que en seguida se nota amargo y finalmente astringente” (6).
A lo largo de su artículo De Koninck explica y desarrolla la técnica de aislamiento y caracterización química de la florizina y cita las aportaciones de otros químicos franceses y alemanes en estas investigaciones, como Philipp Lorenz Geiger (1785-1836) (profesor de farmacia en Heidelberg), Justus von Liebig (1803-1873) (discípulo de Gay-Lussac), Eilhard Mitscherlich (1794-1863) y otros.
Figura 8. De Koninck, L. Memoire sur la Phloridzine.
En: Annales de Chimie et de Physique. Eds.:
Louis Joseph Gay-Lussac y François
Jean Dominique Arago. Paris (Tome LXI, 1836).
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En 1939 Jean Servais Stas, que era ya un químico analítico reputado, publicó también sus propias observaciones sobre la florizina, muchas de ellas compartidas, desde el principio del descubrimiento de la sustancia, con De Koninck. En 1837, se había trasladado a París, donde realizó un estudio detallado sobre la florizina y realizó la separación de la misma en sus dos componentes: floretina y glucosa (8,9).
Florizina y serendipia
A finales del siglo XIX y comienzos del XX hay una rica literatura científica sobre las propiedades glucosúricas de la florizina. Se trata de ensayos realizados en animales y algunos muy anecdóticos en humanos, que observan el aumento de eliminación de glucosa en la orina tras la administración de florizina (por lo común por vía subcutánea). Durante un periodo significativo del siglo XX la florizina se utilizó, además, en pruebas de función renal. Sin embargo, desde las investigaciones pioneras, que incluyen su descubrimiento y aislamiento a partir de la corteza de raiz del manzano, hasta las primeras observaciones sobre su efecto glucosúrico, al final de siglo XIX, pasaron casi 50 años.
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Figura 9. Portada de la edición de 1889 del Merck Index |
El Barón Josef Von Mering nació en Colonia en 1849 y trabajó como profesor en el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Strasburgo que, en esa época, era posiblemente el centro de investigación mejor financiado de Europa. Hecho este que había atraído a sus aulas a una gran cantidad de científicos de primer nivel y, como consecuencia, esta universidad se convirtió en un foco de innovación científica, especialmente en el área de las Ciencias Naturales, la Química, la Física, la Medicina y la Farmacología.
La serendipia (*), entendida no como “pura casualidad”, sino más bien como expresa la frase de Louis Pasteur: “El azar solo favorece a los espíritus preparados” (“Le hasard ne favorise que les esprits préparés”), tuvo mucho que ver con el descubrimiento de las propiedades glucosúricas de la florizina.
(*) Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado, que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta.
En 1886, en una comunicación de su trabajo al V Congreso de Medicina Interna de Wiesbaden, Von Mering asumió que la florizina actuaba en el riñón de los perros, favoreciendo la eliminación de glucosa (“puede inducir glucosuria al cambiar algo en el riñón", según sus propias palabras) (Von Mering J (1886) Über experimentellen Diabetes; Verhandlungen des V Congresses für Innere Medizin in Wiesbaden. J F Bergmann, Wiesbaden, pp. 185–189). Un año más tarde, en una nueva comunicación (en esta ocasión al VI Congreso de Medicina Interna de Wiesbaden de 1887) informó de que la administración de florizina (en dosis 15-20 gr.), a pacientes diabéticos del departamento de Medicina Interna del profesor Kussmaul, con quien colaboraba, indujo una glucosuria de 6 a 8% (Von Mering J (1887) Über Diabetes mellitus; Verhandlungen des VI Congresses für Innere Medizin in Wiesbaden. J. F. Bergmann, Wiesbaden, pp 349–358). Von Mering diferenció la glucosuria que se produce en la diabetes, por la hiperglucemia, de la glucosuria “florizínica” o “diabetes florizínica”, en la que, por el contrario, la glucemia disminuía como consecuencia de la glucosuria (14,15).
Estos hallazgos fueron reproducidos y confirmados por numerosos autores en las dos décadas finales del siglo XIX. Quedando asentado el concepto de que la florizina promueve la excreción urinaria de glucosa y, como consecuencia, reduce el exceso de glucosa circulante en sangre en pacientes diabéticos (16).
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Figura 10. Oskar Minkowski (1858-1931) y Josef Von Mering (1849-1908) |
Una carta de O. Minkowski de 1929 narra aquel encuentro (17):
Como resultado de la ablación total del páncreas se descubrió la diabetes pancreática. Minkowski repitió el experimento con otros perros para descartar el efecto glucosúrico de la florizina, con que había sido previamente tratado el perro que, en principio, le había facilitado Von Mering. Y tras varios intentos, porque los siguientes perros utilizados en la experimentación, no sobrevivían a la intervención, Minkowski tuvo éxito. Por otra parte, en 1892, Minkowski demostró que la florizina actúa en el riñón. Para ello realizó nefrectomías en perros sanos y pancreatectomizados, señalando cómo, en los animales nefrectomizados, la florizina perdía su efecto hipoglucemiante (18, 19). El descubrimiento del origen pancreático de la diabetes supuso, obviamente, sentar las bases del descubrimiento de la insulina. Y, aunque de eso no nos vamos a ocupar en este artículo, si remitimos a nuestros lectores al minucioso e interesante artículo de De Leiva A. et al. (De Leiva A, Brugués E, De Leiva-Pérez A.. El descubrimiento de la insulina: continúan las controversias después de noventa años. Endocrinol Nutr. 2011;58(9):449-456) (20).
Seguimos en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. Los investigadores de la época intentan explicar la fisiopatología del efecto glucosúrico de la florizina, al tiempo que se inicia una intensa actividad investigadora sobre la función renal. Se buscaban modelos reproducibles y aplicables clínicamente para estimar la filtración en la nefrona. En ese contexto, los efectos renales de la florizina fueron valorados y utilizados para estimar la función renal. Varios estudios pusieron de manifiesto la utilidad de esta sustancia como marcador de la función renal, como la abolición del efecto glucosúrico e hipoglucemiante de la florizina, en animales de experimentación, tras inducirles daño renal mediante tóxicos (cantaridina o cromato). De una forma un tanto simplista, se consideraba que, la inducción de glucosuria por la florizina, indicaba que los riñones funcionaban bien (21). Pero, mucho mas allá de estas observaciones, desde principios del siglo XX la florizina se convirtió en uno de los principales recursos para estudiar la función renal, especialmente aprovechando su capacidad para bloquear la reabsorción de glucosa y provocar, por tanto, glucosuria.
En los tratados de Medicina Interna de principios del pasado siglo, dentro de los volúmenes dedicados a las enfermedades renales, las propiedades glucosúricas de la florizina son ya consideradas como una cualidad utilizable en el estudio de la fisiopatología renal. En el Tratado de Medicina de Enriquez, Laffitte, Bergé y Lamy , de 1910, se habla de la “Prueba de la Glucosuria Floridzíca” en los siguientes términos:
"Prueba de la glucosuria floridzíca: Achard y Delamare (16) inyectan debajo de la piel un centímetro cúbico de una solución de floridzina al 1 por 200, y recogen la orina cada media hora y luego cada hora. En un sujeto sano la glucosuria aparece al cabo de media hora, aumenta, y luego desaparece al cabo de tres a cuatro horas. La cantidad de glucosa urinaria varia entre 1 y 3 gramos. En la nefritis, la glucosuria floridzíca es a menudo irregular y a veces nula. Desgraciadamente esta glucosuria, cuyo mecanismo íntimo desconocemos, es a veces normal en sujetos con uremia inminente" (22).Hay que tener en cuenta que la primera década del siglo pasado fue un periodo en el que aún se estaba asimilando el origen pancreático de la DM. Y, por otra parte, existían grandes lagunas de conocimiento en lo relativo a la fisiopatología de la enfermedad, especialmente en cuanto a las implicaciones renales de la misma.
En el mismo Tratado de Medicina, al que antes nos hemos referido, en el apartado “Enfermedades de la Nutrición: Diabetes Sacarina” (pag. 704) (23), se puede leer: “...y por medio del empleo de los venenos más diversos (cloroformo, cloral, estricnina, curare, oxido de carbono, ácido carbónico, etc.), es sumamente difícil obtener una diabetes sacarina comparable a la del hombre: la inyección de florizina realiza un síndrome análogo, pero no idéntico; solo la ablación del páncreas determina la aparición de una verdadera diabetes, en la cual la glucosuria permanente va acompañada de polidipsia, de polifagia, de poliuria y de enflaquecimiento”. Y más adelante, en el apartado “Fisiología patológica”, se lee: ”La diabetes pancreática existe indiscutiblemente, puesto que si en un perro, se le extirpa la totalidad del páncreas (Mering y Minkowski), se observa la hiperglicemia, la glucosuria, la azoturia, la poliuria, la polidipsia y el enflaquecimiento característico. Cuando la ablación del páncreas es parcial, la diabetes es ligera. Si se halla conservada la décima parte de la glándula, no se observa ningún síntoma”.
Puede ser interesante hacer un ejercicio mental que, básicamente, consistiría en olvidar los conocimientos actuales y situarnos en la primera década del siglo XX, antes del descubrimiento de la insulina. En esta situación sigamos leyendo el Tratado de Medicina de Enriquez et al. de 1910: “Esta diabetes no es la consecuencia de la supresión del derrame del jugo pancreático en el intestino; no sobreviene después de la ablación de todo el segmento yuxtaduodenal del páncreas (…)…; pues, si se extirpa en parte el páncreas y si se injerta bajo la piel del abdomen un segmento de esta víscera, el animal no es diabético, y solamente lo es cuando se quita este injerto (Mering, Hedon). La supresión del páncreas provoca la diabetes porque el papel de esta glándula es el de modificar la sangre que la atraviesa”. El autor de este apartado del Tratado continúa especulando con los mecanismos por los que el páncreas actúa sobre el metabolismo de la glucosa. Y en este sentido se hace una pregunta. Plantea una cuestión que, por entonces, flotaba en el ánimo de todos los investigadores: “¿Fabrica el páncreas una substancia útil ó destruye una sustancia nociva a la glico-regulación del organismo?”. En dicho Tratado de Medicina de 1910, anterior al descubrimiento de la insulina, el autor va desarrollando, con mayor o menor fidelidad a la verdad que hoy ya conocemos, las teorías fisiopatológicas, plausibles a la luz de los conocimientos de la época. Pero esa es otra historia, sigamos con el papel de la florizina en la diabetes y en otras facetas de la Medicina.
Figura 11. Técnicas de investigación de la función renal desarrolladas en la década de los años 30 del Siglo XX. |
Gracias a la depuración de las técnicas de laboratorio comienzan a resolverse en esos años cuestiones como los mecanismos renales de filtrado y de reabsorción de sustancias orgánicas e inorgánicas, así como las zonas del sistema excretor en las que tienen lugar estos fenómenos fisiológicos. El objetivo final es, por supuesto, la estimación de flujo sanguíneo renal y la funcionalidad de glomérulos y túbulos.
En este sentido, se valora la excreción renal de inulina (un polisacárido de elevado peso molecular, compuesto por cadenas de fructosa, presente en la fibra alimentaria y resistente a la acción de la amilasa), por representar fielmente la tasa de filtrado glomerular, ya que esta sustancia no se ve afectada posteriormente en los túbulos, donde no es reabsorbida (en los ensayos de esa década se habla de “coeficiente depuratorio” porque aún no estaba asentado el concepto de “clearance” o aclaramiento, del que hablamos mas adelante). Además ya se sabía que la inulina no puede excretarse en riñones “aglomerulados” de algunos animales (teleósteos). Cuando se compara este efecto entre animales de experimentación (perros y conejos), tratados y no tratados previamente con florizina, no se observa alteración de su eliminación por acción de la florizina. Sin embargo, en el caso de otras sustancias como creatinina, glucosa, xylosa y sacarosa, el efecto de la florizina es aumentar la tasa de excreción hasta acercarse a la de inulina. Se observó que existe una diferencia entre el coeficiente depuratorio de la creatinina en animales de experimentación como el perro y el conejo, en los que es equivalente a la de la inulina y en humanos y en simios, donde ambos “coeficientes” se aproximan en el caso de aumento de la concentración plásmática de creatinina, por un aumento de la filtración.
Además, para la glucosa, se objetiva la intervención exclusiva de los túbulos proximales, donde se produce la inhibición de la resorción por la florizina, además de la del cloro. Walker y Hudson mostraron que la glucosa se reabsorbió del túbulo contorneado proximal, pero no del túbulo contorneado distal en anfibios (Necturus y ranas) (Figura 12). La reabsorción de glucosa se redujo por aumentos en la velocidad de flujo del túbulo o hiperglucemia, pero era claramente inhibida por acción de la florizina (27, 28, 29).
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Figura 13. Homer William Smith (1895–1962) |
Uno de los hitos en la utilización de la florizina como prueba de función renal tiene lugar en 1933. En esa fecha, precisamente el grupo de Homer Smith (Figura 13), utilizando la administración intravenosa de florizina, para producir glucosuria en sujetos normales, desarrolla un método eficaz para estimar, de forma no invasiva, el filtrado glomerular y el flujo sanguíneo renal. Con estos estudios contribuyeron al desarrollo de las bases del conocimiento de la hemodinámica renal y del transporte tubular renal (33, 34).
Figura 14 |
Smith señala en su trabajo que la florizina se puede administrar con seguridad por vía intravenosa a los seres humanos. Y enumera experiencias anteriores con administración tanto oral: Hasta 15 gramos, en una sola dosis, utilizados en las experiencias de Pietkiewicz y Von Mering, en 1869 y 1889, respectivamente; o las tres dosis orales de 5 gramos en un día, diluidos en alcohol, referidas por Korte en 1896. Von Mering reporta también su uso por vía parenteral (2 gramos en inyección subcutánea, en solución acuosa tibia, un gramo cada 12 horas durante 30 días) en un caso de sarcoma (mas adelante en este artículo, cuando nos referimos a los Aspectos Farmacológicos de la florizina, señalamos que ha sido probada en el tratamiento de tumores). Además, llama la atención sobre que en ninguno de los casos se registró daño permanente (33, 35, 36).
Figura 15. Ensayos clinicos con florizina entre 1836 y 1933.
Chassis, Jolliffe y Smith (33)
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Los trabajos de Poulsson y del grupo de Homer Smith pusieron de manifiesto la inhibición de la reabsorción de glucosa por la florizina (37, 38).
En el trabajo del grupo de Homer Smith se maneja el concepto de “florizinación completa” (“complete phlorizination”). Es decir, un cambio en la actividad renal, por el cual toda la glucosa filtrada en los glomérulos puede pasar a la orina. Lo que indicaría un bloqueo completo de la reabsorción tubular de glucosa. En este sentido, los autores se inclinan por utilizar preferiblemente los términos “complete glycuresis” (algo así como “glucosuria completa”), para designar el significativo aumento de la tasa de excreción de glucosa, en lugar de una simple presencia de trazas de la misma en la orina. A la vista de sus resultados consideran que, la dosis mínima de florizina intravenosa en humanos, requerida para alcanzar la “florizinación completa” (es decir el bloqueo completo de reabsorción de glucosa) oscilaría en el rango de 10 a 20 mg/kg. Y, por otra parte, la inyección de florizina no produce aumento del aclaramiento de xylosa o sucrosa, lo que parece indicar la selectividad de la acción de bloqueo de la reabsorción de glucosa. Además, en el rango de dosis elevadas (hasta 65 mg/kg) no se produce un descenso del ratio de aclaramiento de creatinina/xylosa.
Al nivel de conocimientos de esa época (años 30 del pasado siglo) se hace ya “posible averiguar no solo la cuantía del filtrado glomerular, sino determinar qué sustancias del filtrado se resorben en los tubuli, por la comparación de los valores de los coeficientes depuratorios de la inulina” (39).
En 1935 J. A. Shannon y H. W. Smith publican un importante trabajo en el que se examina la excreción de inulina en humanos. Tras la inyección intravenosa de este polisacárido, se compara la tasa de aclaramiento de inulina simultáneamente con la de urea, glucosa y xylosa, tanto en sujetos “normales” como “florizinizados”, según terminología de los propios autores. Llegan a la conclusión de que los mamíferos no excretan carbohidratos y que la inulina no es una excepción y no es excretada en los túbulos renales, ni su aclaramiento se ve afectada en los sujetos tratados con florizina. La xylosa y la sacarosa normalmente es reabsorbida por los túbulos renales del filtrado glomerular y esta reabsorción es en parte un proceso activo que, en parte, es eliminado por la florizina. Observandose en ese caso una eliminación de xylosa en la orina similar a la de inulina (40).
Aspectos bioquímicos de la florizina
En la base de datos PubChem (base de datos química del National Institutes of Health (NIH)) se señala que la florizina se encuentra en la manzana y se aísla de las hojas y la corteza del manzano. Además se indica que la florizina es un glucósido tóxico producido por algunas plantas, perteneciente al grupo de los flavonoides y añade que es un inhibidor competitivo del transporte renal de glucosa (Figura 17).
Figura 17. Hoja de datos y referencias moleculares de florizina en la base de datos de PubChem |
Aspectos botánicos de la florizina
La florizina es un glucósido (*) de la floretina (3-(4-Hydroxyphenyl)-1-(2,4,6-trihydroxyphenyl) propan-1-ona) (Figura 14). Se trata de un principio fenólico-glucósido, propio de los manzanos y desempeña importantes funciones en la fisiología del árbol. Estas incluyen un papel como regulador del crecimiento y desarrollo de la planta (41-43).
(*) Los glucósidos son moléculas compuestas por un glúcido (generalmente monosacáridos) y un compuesto no glucídico. Los glucósidos desempeñan numerosos papeles importantes en los organismos vivos. Muchas plantas almacenan los productos químicos importantes en forma de glucósidos inactivos; si estos productos químicos son necesarios, se hidrolizan en presencia de agua y una enzima, generando azúcares importantes en el metabolismo de la planta. Muchos glucósidos de origen vegetal son conocidos por sus propiedades farmacológicas. En la Tabla I se recogen algunos ejemplos de glucósidos y sus fuentes naturales.
Tabla I. Algunos glucósidos naturales
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Glucosido
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Productos hidrolíticos
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Fuente natural
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Arbutina
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Glucosa + hidroquinona
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Madroño
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Florizina
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Glucosa + floretina
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Genus Malus
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Amigdalina
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2Glucosa + D-mandelonitrilo
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Almendras amargas
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Digitonina
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4Galactosa + xilosa + digitogenina
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Digitalis purpurea
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Saponina
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Carbohidrato + sapogenina
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Hierba jabonera
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Indicán
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Glucosa + indoxilo
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Hojas de indigofera
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Glucósido de Quercetina
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Glucosa + quercetina
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Cebolla
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Rutina
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Rutinosa + quercetina
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Esparrago, ruibarbo
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Figura 18. |
La cromatografía líquida de alto rendimiento, ha demostrado también la presencia de florizina en el fruto y en el zumo de manzana, además de su presencia conocida desde hace tiempo en corteza de la raíz, en brotes verdes y en semillas. La cáscara del fruto del manzano contiene entre 12 y 418 mg/kg de florizina, dependiendo de las variedades. La pulpa contiene una menor concentración, que oscila entre 4 y 20 mg/kg. Hay diferencias entre las diferentes variedades: la Golden Delicious tiene la menor concentración mientras que Reineta Verde es la que tiene mayor concentración de florizina (46-48). Por tanto, la florizina es un componente normal en la dieta humana y, como otros flavonoides, las chalconas, grupo al que pertenece la florizina, son metabolitos de numerosas plantas. Además de las manzanas, el té, las uvas, el vino tinto y las cebollas, entre otros muchas, son también importantes fuentes dietéticas de flavonoides.
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Figura 19. Escanciado de la sidra |
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Figura 20. Manzanas de la D.O.P. "Sidra de Asturias" |
Según las conclusiones de este estudio el manejo de los niveles de glucosa en sangre podría mejorarse mediante el consumo de florizina, como se ha demostrado en ensayos clínicos recientes. Estos estudios utilizaron extracto de manzana enriquecido con florizina en dosis superiores a las del consumo normal de alimentos. Sin embargo, hay indicios de que el consumo de niveles medios a altos de florizina a través de los alimentos también podría contribuir a una menor carga de azúcar y una reducción en el riesgo de DM2. Los resultados de este estudio sugieren que la ingesta dietética de floridzina puede mejorar el control de los niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, se necesita más investigación para aclarar los posibles beneficios de aumentar la ingesta de alimentos que contienen floridzina y el potencial para reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Desde estos puntos de vista, la presencia de florizina en la manzana en una concentración suficientemente elevada convertiria a esta fruta en un interesante alimento funcional (*). Ello abre una interesante vía de investigación nutricional en torno al cultivo de manzanos cuyos frutos tengan un mayor contenido de florizina en su composición nutricional. De hecho existen algunas patentes registradas, dirigidas modificar genéticamente en estas plantas la actividad enzimática que conduce a la formación de florizina en su fruto.
Propiedades antioxidantes de la florizina(*) Alimentos funcionales son aquellos que no solo son apreciados por sus características nutricionales, sino también para cumplir una función específica como puede ser el mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.
La florizina (phloretin-2'-β-D-glucopyranoside) se convierte en floretina (3-(4-Hydroxyphenyl)-1-(2,4,6-trihydroxyphenyl)propan-1-one) en el intestino delgado por acción de las enzimas hidrolíticas, liberando el anillo glucosido. Posteriormente, la enzima floretin-hidrolasa disgrega la floretina en ácido florético y floroglucinol (Figura 20).
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Figura 21. Hidrolisis de la florizina en glucosa y floretina |
Sin embargo, el potencial antioxidante puede no ser siempre beneficioso, ya que los fenómenos de apoptosis pueden necesitar del daño oxidativo. Muchas células cancerosas presentan estrés oxidativo, pero no pueden lograr un evento apoptótico. Ello puede sugerir una insuficiente actividad pro-oxidativa. En ese sentido el potencial antioxidante de algunas sustancias podría, potencialmente, obstaculizar procesos celulares destructivos (apostóticos) importantes. Sin embargo, los flavonoides superan esta aparente paradoja, ya que exhiben propiedades antioxidantes a la vez que limitan la división celular y destruyen los tumores.
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Figura 22. Fases del ciclo de mitosis celular. Punto de la fase G2-M de la mitosis donde actúa el flavonoide quercetina. |
En cualquier caso, los flavonoides, en general, han demostrado un importante efecto antioxidante y eliminador de aniones superóxido, de radicales lipídicos peróxido y de iones metálicos (52-55).
Las observaciones epidemiológicas sugieren que el consumo de alimentos ricos en flavonoides tiene una relación inversa con la prevalencia de enfermedad coronaria (55, 56) y varios estudios sugieren que la florizina puede explicar parcialmente esta relación (57, 58).
En relación con esto, en algunas observaciones, la florizina ha demostrado ser un inhibidor más potente de la peroxidación lipídica que el 17-β estradiol. Tanto el zumo, como otros extractos de manzana, contienen florizina con un 11 a 36% de concentración total de fenoles, capaces de inhibir la oxidación lipoproteinas de baja densidad (LDL) (59). Además, se ha demostrado que la floretina (el aglucón de la florizina) produce relajación endotelial in vitro de aislados de anillos de arterias coronarias, en baño de órganos (60)
Efectos mitocondriales de la florizina
En la década de los 50 del pasado siglo, los estudios sobre el mecanismo de acción de la florizina se centraron en el efecto celular y molecular. Inicialmente, se observó que altas concentraciones de florizina (5 X 10−4 a 10−3 M) producen inhibición del metabolismo aeróbico por reducción de la eficiencia de la fosforilación oxidativa y además induce alteración de la estructura mitocondrial produciendo edema. Ambos fenómenos ocurren también en el curso de los llamados procesos de envejecimiento mitocondrial. Según varios estudios, realizados a lo largo de dicha década, la florizina parece agruparse con otros agentes capaces de iniciar dicho proceso (fostato inorgánico, iones Mn++, 2,4-dinitrofenol, etcétera). Los efectos a nivel mitocondrial parecen comprender además una disminución de la capacidad de concentración de ciertos iones y nucleótidos, el descenso del intercambio fostato-oxígeno, así como la aparición de DPN-asa y de ATPasa magnesio-dependientes (61-65).
Algunos de estos efectos mitocondriales de la florizina se han descrito en relación con su acción en los túbulos renales. Por ejemplo se ha demostrado que las mitocondrias renales de animales tratados de forma crónica con florizina presentan una reducción de la eficiencia de la fosforilación oxidativa. Por otra parte, la presencia de edema turbio en túbulos contorneados renales, en animales tratados con florizina, se ha relacionado con el edema mitocondrial que, en suficiente concentración, puede causar alteración estructural mitocondrial in vivo. Los efectos mitocondriales de la florizina son menos evidentes en presencia de ATP, ADP y malonato, y en las condiciones metabólicas que se producen cuando la florizina alcanza la mitocondria en presencia de ATP y α-cetoglutarato. Se observó que las alteraciones estructurales mitocondriales se relacionan bien con el efecto de estos agentes y con las condiciones en que la florizina induce la inhibición de los fenómenos oxidativos.
En animales de experimentación (perros) se observó que, la infusión continua de florizina en dosis pequeñas (0.6–100 µg/kg/min.), reduce la velocidad máxima de transporte de glucosa (Tm g) en un 20–70%. La florizina se mostraba, pues, como un inhibidor poderoso del transporte de glucosa. Los autores de estos experimentos concluían que, las concentraciones efectivas de florizina en el animal, son del mismo rango que las que alteran el transporte de glucosa y el metabolismo oxidativo in vitro. Sin embargo, el aumento de la tasa de infusión de florizina (incluso hasta 100 µg/Kg/min) no supuso la inhibición completa del transporte de glucosa (66, 67).
La florizina y su herencia
- Identificación de los cotransportadores sodio/glucosa
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Figura 23. Robert K. Crane (1919-2010). Descubridor del co-transporte sodio-glucosa. |
Específicamente, Crane propuso que, la acumulación de glucosa en el epitelio intestinal, a través del borde "en cepillo" de la membrana, está acoplada al transporte descendente de Na+ a través de dicho borde "en cepillo". La energía para el transporte activo de glucosa es proporcionada por el gradiente de sodio a través de la membrana celular, con la bomba de Na+/K+ manteniendo el gradiente de sodio. Dicha hipótesis fue pronto probada. ampliada y sus implicaciones fueron aplicadas abarcando un gran número de otras moléculas e iones en la mayoría de las células del organismo.
En la Figura 24 se expone el modelo propuesto por Crane. La glucosa, liberada de la sacarosa de la dieta, es transportada a través de la membrana plasmática por un complejo portador de sodio y glucosa. El transporte de glucosa es impulsado por el gradiente interno de Na+ mantenido por la bomba de Na+. La estrofantidina inhibe la bomba de Na+ eliminando la fuerza impulsora para el transporte cuesta arriba de glucosa. La florizina, un glucósido vegetal, inhibe directamente el cotransporte. Este esquema simple explica el transporte de glucosa a través de la membrana del borde en cepillo intestinal y el requisito de entrada de energía desde la célula. El modelo sigue siendo válido hasta el día de hoy, aunque posteriormente se ha determinado el sitio de inhibición de la florizina que es extracelular, asi como la ubicación de la bomba de Na+/K +, situada en la membrana basolateral. Se acuñó el término symport para definir este tipo de transporte acoplado. También se demostró que el transporte activo de iones y moléculas en plantas y bacterias se debe al symport con protones, como cationes impulsores. Así mismo se identificaron los simportadores de Na+ en bacterias y los simportadores de H+ en mamíferos (68, 69, 70, 71).
El transporte de glucosa se asoció con una despolarización del potencial de membrana, y se observó que la velocidad de transporte dependía del voltaje. Se requirió Na+ en las soluciones extracelulares para conducir el transporte contra gradiente, pero otros iones como H+ y Li+ pueden suplir al Na+, aunque no el K+, Rb+, Cs+ o colina+. La florizina, se mostró como un inhibidor competitivo potente de este mecanismo de transporte (72).
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Figura 25. Modelo mecánico de transporte acoplado Na+/azucar propuesto por Schutz (72,73). |
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Figura 26. Prof. Giorgio Semenza
(1928-2016) catedrático de
Bioquímica del Eidgenössische
Technische Hochschule (ETH) de
Zurich (Suiza).
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- 6-azido-6-deoxiflorizina (azido-Phlz)
- 6-O-[N-(2-nitro-4-azidophenil)-β-alanil]floricina (NAP-β-Ala-Phlz)
- N-(2-nitro-4-azidophenil)-6-amino-6-deoxiflorizina (NAP-N-Phlz)
- N-[N-(2-nitro-4-azidophenil)-β-alanil]-6-amino-6-deoxiflorizinamida (NAP-β-Ala-N-Phlz)
- [2´-O-(β-D-glucopiranosil)-4-azidofloretina, 4-azidoflorizina]
Según los autores, varias líneas de evidencia sugieren fuertemente que la proteína de 72 kDa, aislada por cromatografía de inmunoafinidad y SDS-PAGE (*), representa (una parte de) el co-transportador de Na + / D-glucosa en el intestino delgado:
- Interactúa con un anticuerpo monoclonal dirigido contra este componente de la membrana, como lo demuestra al ser retenido por el inmunoadsorbente preparado a partir de este anticuerpo.
- Se extrae mediante concentraciones moderadas de D-glucosa (10 mM), los valores aparentes de Km y para el transporte de D-glucosa en presencia de Na+ varían entre aproximadamente 0.1 y 2 mM, dependiendo de la configuración experimental.
- Se eluye mediante concentraciones moderadas del conocido inhibidor de este sistema, la florizina (15/µM), los valores aparentes de I y Ki para la unión de la florizina y para inhibición por la florizina del transporte de D-glucosa, en presencia de Na+, varía entre aproximadamente entre 5 y 9 µM.
- No es eluido por D-manosa, un azúcar con una afinidad insignificante de este sistema de transporte.
- En las columnas de inmunoafinidad por florizina o D-glucosa, es la única banda eluída, cuando se utilizan solubilizados de fragmentos de membrana extraídos con desoxicolato por digitonina.
(*) SDS-PAGE es el acrónimo en inglés de sodium dodecyl sulfate polyacrylamide gel electrophoresis (electroforesis en gel de poliacrilamida con dodecilsulfato sódico). Es una técnica ampliamente utilizada en bioquímica, genética, biología molecular y ciencia forense para separar las proteínas de acuerdo a su movilidad electroforética (en función de la longitud de la cadena polipeptídica, masa molecular, modificaciones postraduccionales y otros factores).
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Figura 27. Enerst M. Wright. Professor of Physiology and Mellinkoff Professor of Medicine at the David Geffen School of Medicine at UCLA |
Como el mismo Wright (72) señala, hay pruebas de la existencia de, al menos, dos transportadores diferentes de Na+/Glucosa. Por un lado, estudios de microperfusión en el riñón revelaron que el primer tramo del túbulo proximal absorbe glucosa con un Km (2 mM) más alto que en el tramo mas distal del túbulo proximal (0.5 mM). Por otra parte, se descubrió que las vesículas de membrana con borde en cepillo, preparadas a partir de la corteza externa renal y la médula externa, tienen transportadores de baja (Km 6 mM) y de alta afinidad (Km 0.3 mM) (81,82).
(*) Estequiometría (del griego στοιχειον, stoikheion, 'elemento' y μετρον, métrón, 'medida') es el cálculo de las relaciones cuantitativas entre los reactivos y productos en el transcurso de una reacción química.
- Clonación de cotransportadores sodio/glucosa
Se utilizó electroforesis en gel para fraccionar ARNm, y aislar una fracción enriquecida (2.0–2.6 kb) que contenía el ARNm que codifica SGLT1m (86). Apartir de esta fracción se sintetizó cADN. Se preparó ARN sintético a partir de cADN enn agrupaciones de clones y se usó para seleccionar la actividad de transporte en el ensayo de expresión. Un grupo de clones dio una señal positiva, y este grupo se subdividió aún más hasta que se aisló un solo clon: pMJC424, seleccionado que aumentó el Na+dependiente de la absorción de α-d-glucopiranosido (αMDG) en más de 1,000 veces (85). Se utilizaron ovocitos de Xenopus laevis como sistema de expresión. Poco después, se clonó SGLT1 humano (86).
La clonación y secuenciación co-transportador de Na+/glucosa (SGLTI) del intestino humano y la comparación de su estructura con otros transportadores clonados ha puesto de manifiesto interesantes homologías. A nivel de ADN y de aminoácidos y niveles de estructura secundaria, existe una estrecha y evidente homología entre los co-transportadores de Na+/glucosa intestinales humano y del conejo. Pero, además se ha detectado una significativa homología también entre estos y el co-transportador Na+/prolina de Escherichia coli. Sin que se haya detectado una homología similar detectable con otras proteínas conocidas. De ello se dedujo que los co-transportadores nativos de glucosa de los mamíferos y de procariotas (Na+/prolina) comparten un gen ancestral común (87).
El symport (cotransportador) de sodio/sustrato es un mecanismo generalizado de transporte de solutos a través de las membranas citoplasmáticas de las células pro y eucariotas. El sistema utiliza la energía almacenada, en un gradiente electroquímico de sodio dirigido hacia el interior de la célula, para impulsar el paso de solutos contra un gradiente de concentración. La energía se obtiene mediante bombas primarias de sodio, como ATPasas Na+/K+, o mediante la acción de los antiportadores de Na+/H+. Los transportadores de Na/sustrato se agrupan en diferentes familias según las similitudes de secuencia de nucleótido. Existen familias mixtas de transportadores cuyos miembros difieren en la elección del ión de acoplamiento o catalizan procesos de simportación o antipuerto. Además, en transportadores individuales, la elección del ión de acoplamiento puede verse influenciada por la naturaleza del sustrato (88).
La superfamilia de los symports Na+/sustrato tiene más de cien miembros tanto en procariotas como eucariotas (Figura 29). Común a las proteínas de esta familia es el hecho de que todas utilizan la fuerza motriz de sodio para conducir el transporte contra gradiente de variados sustratos, entre los que se cuentan azúcares, aminoácidos, vitaminas, iones, urea, agua y otros.
(*) La N-glucosilación de las proteínas de la membrana eucariota es un evento co-traduccional que ocurre en la luz del retículo endoplásmico (ER). Este proceso es catalizado por un complejo de oligosacaril transferasa (OST), asociado a la membrana, que transfiere un oligosacárido preformado (Glc (3) Man (9) GlcNAc (2) -) a un receptor de cadena lateral de asparagina (Asn) ubicado dentro del sequon (-Asn-X-Ser/Thr-) (sequon es una secuencia de aminoçácidos consecutivos en una proteína, que puede servir como punto de unión de un polisacárido, con frecuencia un glicano N-ligando, que se une a la la proteína a través del átomo de nitrógeno en la cadena lateral de la asparagina (Asn)) Los experimentos de exploración de mutagénesis de N-glucosilación, en los que se introducen nuevos sitios aceptores en sitios únicos dentro de las proteínas de membrana, han demostrado que los sitios aceptores deben ubicarse a una distancia mínima (12-14 aminoácidos) de la superficie de la membrana luminal del ER para poder estar eficientemente N-glicosilado. La mutagénesis por escaneo de la N-glucosilación puede usarse para determinar la topología de la proteína de membrana y también como una regla molecular para definir los extremos de los segmentos transmembrana (90).En principio se propusieron 11 dominios transmembrana para la proteína SGLT1, pero estudios posteriores, basados en análisis funcionales, han llevado al establecimiento de un modelo para SGLT1 que incorpora 14 dominios. En este modelo el extremo N-ligando se proyecta extracelularmente, mientras que el dominio C-terminal es citoplasmático. Este modelo se evaluó mediante algoritmos avanzados (PredictProtein y MEMSAT) que se basaron en datos empíricos predictivos de hélices transmembrana. Varias consideraciones sugirieron que el C-terminal hidrofóbico forma una 14ª hélice transmembrana (Figura 30), que diferencia los miembros eucarióticos de la familia SGLT1 de los homólogos bacterianos (91).
- Genes SLC5: humanos
Los solutos transportados por los miembros del grupo SLC son muy diversos, incluyendo moléculas orgánicas cargadas y no cargadas, iones inorgánicos y amoníaco.
(*) A la superfamilia de facilitadores principales (MFS) pertenecen un grupo de proteínas de transporte de membrana, que facilitan el movimiento de pequeños solutos a través de las membranas celulares en respuesta a gradientes quimiosmóticos. En el caso de GLUT1 y GLUT2, ambos facilitan, en diferentes contextos tisulares, el transporte de glucosa a través de las membranas plasmáticas celulares de mamíferos.
Figura 31. Arbol filogenético de los miembros humanos de la familia de genes SLC5. El SGLT6 también se conoce como SMIT2 (Na+/inositol cotransportador 2). SMIT, mioinositol sódico; CHT, colina; SMVT, sodio multivitamina; SMCT, ácido monocarboxílico de sodio; NIS, sodio cotransportadores de yoduro (95) (Wright EM, Turk E.The sodium glucose cotransport family SLC5Pflügers Arch 2004; 447(5):510–518) . |
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Figura 32. Expresión de ARNm de SGLT2 en muestras de tejido humano. La máxima expresion de receptores SGLT2 es en la corteza renal (Wright E M, Loo D F, Hirayama B A. Biology of Human Sodium Glucose Transporters. Physiol Rev 2011; 91:733–794)(72). |
Utilizando hibridación in situ combinada e inmunocitoquímica, con anticuerpos marcadores específicos del segmento del túbulo (Figura 34), los autores demostraron un nivel extremadamente alto de mensaje SGLT2 en los segmentos S1 del túbulo proximal. Este nivel de expresión también fue evidente en las transferencias Northern (*) y probablemente confiere la alta capacidad de este sistema de transporte de glucosa. Concluyen que SGLT2 tiene propiedades características de cotransportador de Na+/glucosa renal de baja afinidad y alta capacidad (97).
Figura 34. Localización de la señal de SGLT2 en túbulos renales por hibridación in situ (97). |
- La constante de afinidad aparente ( K 0.5) para αMG (≈3 mM) fue un orden de magnitud mayor para SGLT2;
- SGLT2 excluyó galactosa, lo que sugiere una unión discreta de este azúcar y por tanto una mayor especificidad por glucosa.
- K 0.5 para Na + fue menor en SGLT2, lo que indica una menor eficacia de flujo
- El coeficiente de Hill (*) para Na+ fue 1 para SGLT2 y de 2 para SGLT1.
(*) El coeficiente de Hill (n) indica cuántas de las zonas de unión de sustrato de una enzima afectan a la afinidad de la unión del sustrato en el resto de las zonas de unión o la expresión numérica de la fracción de una macromolécula saturada por un ligando. Ello estima el grado de cooperación en el proceso vinculante. Puede tomar valores mayores o menores que 1: n < 1: indica cooperatividad negativa. n > 1: indica cooperatividad positiva.El modelo cinético de seis estados (Figura 35), previamente propuesto para SGLT1, es igualmente aplicable a SGLT2, con una reducción de acoplamiento de Na+/glucosa de 2 a 1. La conclusión del estudio de Wright es que el comportamiento cinético de SGLT2 es muy similar al de SGLT1 y ello sugiere un mecanismo común, pero con una estequiometría de acoplamiento de Na+/glucosa diferente: 2: 1 (para SGLT1) frente a 1: 1 (para SGLT2). La reducción general de la afinidad aparente por el azúcar y la exclusión efectiva de galactosa sugiere que la arquitectura molecular del sitio de unión al azúcar en SGLT2 es bastante distinta de la de SGLT1 (98).
La mayor tasa de reabsorción de glucosa tiene lugar en el túbulo contorneado proximal por un symport de baja afinidad y alta capacidad (SGLT2). El resto de la glucosa se reabsorbe en el túbulo recto proximal mediante un symport de alta afinidad y baja capacidad (SGLT1).
Se han identificado al menos tres proteínas candidatas como co-transportadoras renales en humanos: SGLT1, SGLT2 y SGLT3.
Los estudios genéticos han puesto de manifiesto que hay dos genes diferentes que regulan la expresión de sendas proteínas responsables del co-transporte a través del borde "en cepillo".
Los genes que codifican SGLT1 de alta afinidad y el SGLT2 de baja afinidad están ubicados en diferentes cromosomas: SGLT1 reside en el cromosoma 22q 13.1 (99) y SGLT2 se encuentra en el cromosoma 16 cerca del centrómero (100). Un defecto del gen SGLT2 es responsable de la reabsorción de glucosa alterada en pacientes con glucosuria renal (97). En roedores con hiperglucemia, se ha demostrado un aumento de la expresión renal de SGLT2 (101,102). Este aumento de expresión de SGLT2 se ha observado también en humanos con DM2 (103). En cuanto a la expresión de SGLT1, a nivel intestinal, está regulada por la dieta y otros factores (104) y aumenta en sujetos con DM2 (105).
- De la florizina a los iSGLT
La florizina es un inhibidor de los cotransportadores de Na+/glucosa (SGLT), presente, sobre todo, en la corteza y, en menor proporción, en otras partes del manzano, como los brotes y hojas verdes y el propio fruto del árbol. Al no tratarse de un inhibidor selectivo, de SGLT1 o SGLT2, su efecto básico es la inhibición de la absorción de glucosa, a nivel intestinal, y de la reabsorción de la glucosa filtrada, a nivel renal. Como consecuencia de la inhibición de la reabsorción se produce un aumento de la excreción renal de glucosa, que puede llegar a la inhibición completa de la reabsorción (33).
(*) El ratón de la cepa KK es uno de los modelos poligénicos más adecuados como análogos de la DM2 con obesidad moderada. La cepa original se obtuvo en Japón, mediante cruces seleccionando los individuos con mayor peso. De modo característico, estos ratones adquieren obesidad gradual cuando se hacen adultos, además de resistencia a la insulina, hiperinsulinemia compensadora e hiperplasia de células insulares, apareciendo finalmente una discreta hiperglicemia (113).
(*) La reacción de Suzuki es una reacción orgánica de acoplamiento cruzado, donde los grupos de acoplamiento son un ácido borónico y un organohaluro catalizado por un complejo de paladio. Tambien denominada ortometalación dirigida (DoM), desde su divulgación, la combinación de DoM y el acoplamiento cruzado catalizado por metales de transición se ha convertido en una estrategia común en síntesis y ha encontrado un uso generalizado en la preparación de compuestos aromáticos y heteroaromáticos biológicamente interesantes. Se han introducido una variedad de grupos funcionales utilizando DoM, seguido de diferentes reacciones de acoplamiento cruzado para formar carbono-carbono, carbono-oxígeno, carbono-enlaces nitrógeno y carbono-azufre para preparar moléculas de interés sintético y biológico (117)
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Figura 37. Moléculas de las glifozinas desarrolladas a partir de la florizina. |
- Inhibicion selectiva vs inhibición dual de cotransportadores SGLT
Tabla 2. Comparación de la selectividad de inhibición (IC50) SGLT1 vs SGLT2 de los diferentes fármacos, tanto de uso clínico como preclínico (128). |
Inhibición intestinal SGLT1
Como hemos señalado anteriormente (Figura 38), la glucosa es absorbida por los enterocitos a través del cotransportador de sodio-glucosa 1 (SGLT1) y se difunde en el espacio basolateral a través de GLUT2, las células L también expresan tanto SGLT1 (SLC5A1) como GLUT2 (SLC2A2) (130, 131, 132).
Las células L se encuentran diseminadas a lo largo de todo el tracto intestinal, desde duodeno y yeyuno hasta colon, pero la mayor densidad de células L se encuentra en íleon y colon (XX133). La absorción de glucosa y otros monosacáridos ocurre preferentemente en yeyuno. Se maneja la hipótesis de que la inhibición SGLT1 disminuiría la absorción de glucosa en los primeros tramos del intestino, pero ello daría lugar a la llegada de una mayor cantidad de glucosa a los tramos de mayor densidad de células L. En esta situación, la respuesta de las céulas L es el aumento de la liberación de GLP1. Como consecuencia se produciría un aumento de la secreción de insulina por las células β pancreáticas, además de disminuir la secreción de glucagón por las células α pancreáticas (el glucagón estimula la neoglucogénesis hepática), retrasar el vaciamiento gástrico y disminuir el apetito (131, 132, 133).
Si se demostrara esta hipótesis, quedaría claro que un retraso en la absorción de glucosa por inhibición moderada del SGLT1 intestinal podría ser útil en el tratamiento de la diabetes y los iSGLT1 verían realzada su importancia en el tratamiento de la DM. Sin embargo, los datos son aun contradictorios en algunos sentidos y la investigación básica trata de esclarecerlos. En cualquier caso, ha quedado probado que los symport SGLT1 tienen un papel importante en la secreción de GLP1 y GIP. La evidencia procede de estudios convincentes, en ratones WT, del papel clave de SGLT1 en la secreción de GLP-1 y GIP. Estos estudios en ratones WT Sglt1-/- (ratones con delección del gen que expresa SGLT1), la administración de glucosa en intestino delgado aumenta rápidamente los niveles de GLP1 y GIP, de manera sensible a la florizina, pero no así mismo en colon. Según estos hallazgos, el sensor de glucosa para la secreción incretínica se encontraría en la región proximal de intestino delgado. La coadministración de florizina (inhibidor de SGLT1) y glucosa en el intestino superior bloqueó la absorción de glucosa y la secreción de incretinas inducida por alfa-metil-d-glucopiranósido (αMDG). Incluso la administración de αMDG sola, sin glucosa oral, mejoró la tolerancia a la glucosa y aumentó los niveles plasmáticos de incretinas (134).
La administración de glucosa a 1 g/kg (5,5 mmol/kg) en la parte superior del intestino delgado aumentó significativamente los niveles de glucosa en sangre portal. La glucosa administrada en el intestino delgado medio también aumentó los niveles de glucosa en sangre portal, asi como de GIP y GLP-1. Sin embargo, la glucosa administrada directamente en colon no aumentó los niveles de glucosa portal, GIP o GLP-1 a los 5 o 15 min después de su administración.
El ARNm de SGLT1 se detectó en gran proporción en el intestino delgado superior y medio, moderadamente en el intestino delgado inferior y apenas se detectó en el colon. El ARNm de GIP se detectó en gran medida en el intestino delgado superior y medio, pero apenas se detectó en el intestino delgado inferior y el colon. Por el contrario, el ARNm de preproglucagón, una forma precursora del ARNm de GLP-1, se detectó en gran proporción en el colon y apenas se detectó en el intestino delgado. La florizina, a 0,5 g/kg (1 mmol/kg), bloqueó completamente el aumento de los niveles de glucosa en sangre portal, GIP y GLP-1 después de la administración intraluminal de glucosa a 1 g/kg en la parte superior del intestino delgado. La administración intraluminal de los sustratos otros de SGLT, como αMDG y 3-OMG (3-O-methyl-d-glucosa) a 1,1 g/kg (5,5 mmol/kg) en la parte superior del intestino delgado también produjo aumento de los niveles portales de GIP y GLP-1; estos efectos fueron completamente bloqueados por la coadministración con florizina. Estos resultados demuestran que el sensor de glucosa para la secreción de GLP-1 inducida por glucosa se encuentra principalmente en la parte superior del intestino, de acuerdo con la distribución del ARNm de SGLT1. Sin embargo, el patrón de distribución del sensor de glucosa no se correlaciona con la distribución del ARNm del preproglucagón (el precursor del GLP-1 y otras hormonas de la familia del glucagón) y la distribución del péptido GLP-1, que había sido descrita previamente (129, 134).
Las respuestas a la glucosa y al metil-alfa-glucopiranósido se ven afectadas por el inhibidor del cotransportador de sodio-glucosa (SGLT) florizina. Se ha detectado SLGT1 y 3 en células GLUTag (*) mediante RT-PCR. Mientras que la fructosa cerró los canales de K (ATP), el metil-alfa-glucopiranósido aumentó la conductancia de la membrana y generó una corriente de entrada. Las bajas concentraciones de glucosa y metil-alfa-glucopiranósido también desencadenaron pequeñas corrientes de entrada y mejoraron la frecuencia del potencial de acción. Se concluye que, mientras las bajas concentraciones de azúcares metabolizables desencadenan la secreción de GLP-1 a través del cierre del canal de K (ATP), los sustratos de SGLT generan pequeñas corrientes de entrada como resultado de la acción electrogénica del transportador. Esta corriente asociada al transportador puede desencadenar actividad eléctrica y secreción cuando la concentración de sustrato es alta o cuando las corrientes de salida se reducen por el cierre metabólico de los canales de K (ATP). La entrada de azúcar electrogénica a través de SGLT proporciona un mecanismo novedoso para explicar la detección de glucosa por las células neuroendocrinas (135).
(*) Las células GLUTag fueron creadas por el laboratorio Drucker, constituyendo una línea celular enteroendocrina murina, relativamente diferenciada, inmortalizada y estable, que expresa el gen del proglucagón y secreta péptidos similares al glucagón de manera regulada. Esta línea celular se aisló de un tumor de células enteroendocrinas productor de glucagón que surgió en ratones transgénicos con el gen SV40 de antígeno T de glucagón. (136).
En ratones con fenotipo SGLT1-/- (que no expresan SGLT1 en mucosa intestinal y desarrollan síntomas del síndrome de malabsorción de glucosa-galactosa como en humanos) se observó una marcada reducción de los niveles plasmáticos de GIP y GLP-1 después de la exposición oral a glucosa y la glucosa no logró estimular la secreción de incretinas de cultivos intestinales in vitro. Los posibles sistemas de detección de glucosa expresados en las células enteroendocrinas L y K incluyen receptores de sabor dulce y transportadores de glucosa como SGLT1, pero sus funciones en la secreción de GLP-1 y GIP, inducida por glucosa no se han establecido completamente. Sin embargo algunos estudios han descartado prácticamente la importancia de los receptores de sabor dulce como sensores implicados en la secreción de incretinas (137).
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